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Casi la mitad de la población en México, 47.02 por ciento, se encuentra en una posición vulnerable, en peligro de caer en las redes de trata de personas, según la Fundación Walk Free, aseveró la licenciada Rosi Orozco, presidenta de la Comisión Unidos vs la Trata.
La ex diputada y defensora de derechos humanos expuso que este hecho resulta “alarmante”, aunque reconoció que el país registra avances significativos en materia de combate a este delito, muy superiores, en general, respecto del contexto internacional de otras naciones.
Los logros fueron reconocidos en la más reciente cumbre de jueces realizada en Europa. “Todavía falta mucho por hacer en México. No estamos satisfechos, pero vamos bien”, agregó.
En la mesa Disertaciones temáticas: Esclavitud y trata, realizada en el Centro de Difusión Cultural Casa Rafael Galván de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), convocado por el programa Comunicación de la Ciencia de la Coordinación General de Difusión, la activista señaló que la Ciudad de México es un ejemplo en la materia.
La capital del país tiene el mayor número de sentencias por el delito de trata comparado con todas las naciones de América Latina. El dato es significativo porque “la impunidad es uno de los peores factores que fomenta el crecimiento de los delitos”.
Entre las diversas formas de esclavitud que se presentan en nuestra nación destacan la sexual, pero también ocupan un lugar preponderante las generadas por factores económicos y laborales, entre ellas las que resultan de la explotación de personas en la minería, los campos agrícolas, las tabiqueras, la construcción y los hogares, entre otras. “La Ley es perfectible, pero suficientemente amplia para castigar severamente estos delitos”.
La doctora Norma Alicia del Río Lugo, profesora-investigadora del Departamento Educación y Comunicación de la Unidad Xochimilco, expuso que la esclavitud y la trata de personas son fenómenos globales que no han podido ser superados.
“En México 376,800 personas están en condiciones de esclavitud moderna, de acuerdo con el Índice Global de Esclavitud 2015, elaborado por la Fundación Walk Free. Producto de la violencia interna, 281,418 son desplazados forzados y de 2006 al 2014 han desaparecido 6,725 niños y adolescentes, principalmente en estados como Tamaulipas y el Estado de México, siendo las niñas quienes están en mayor riesgo de explotación sexual”.
Las nuevas formas de esclavitud son producto de la pérdida de valores y de severas condiciones de desigualdad social y económica, generadas por el modelo neoliberal que considera a las personas como mercancías.
La doctora del Río Lugo expresó que el Estado tiene el deber de proteger a la población vulnerable mediante políticas públicas que ofrezcan, al menos, las mínimas garantías a sus derechos humanos. Es el caso de los migrantes que transitan por el territorio nacional y los desplazados forzados por la violencia y por situaciones de pobreza extrema.
Si bien México ha firmado diversos convenios internacionales para velar por sus derechos, en los hechos no se ha protegido adecuadamente a la población que transita o que radica en algunas regiones del país.
La maestra Angélica Bautista López planteó que la esclavitud es la falta de libertad, la imposibilidad de tomar decisiones sobre la vida, hechos que suceden con personas en situación de trata y con fines de comercio sexual, y explotación económica, por parte del crimen organizado.
La profesora del Departamento de Sociología de la Unidad Iztapalapa puntualizó que hay que diferenciar entre sexo servicio, oficio que ejercen libremente las mujeres, de prostitución, donde son esclavizadas y explotadas en beneficio de otros.
La psicóloga social manifestó que para incidir positivamente en el problema se requiere educar a hombres y mujeres en materia de equidad de género, desde los hogares para formar a las hijas e hijos en igualdad de derechos.
En la mesa Disertaciones temáticas: Esclavitud y trata, también participaron las psicólogas Maribel Oliva García, Nela Muga González, de la oficina de atención al público de la Dirección de Coordinación del Sistema de Unidades del Instituto de las Mujeres de la Ciudad de México, así como el licenciado Ricardo Ayllón González, coordinador de metodología de GENDES, Género y Desarrollo A.C.
