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En México un millón 400 mil mexicanos se reconocen como afrodescendientes, según la encuesta intercensal 2015, informó Héctor Dávalos Martínez, secretario técnico de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, en el marco de la presentación del libro Afromexicanos, pertenencia y orgullo, realizada este día en el auditorio de la Biblioteca Central de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM).
En la presentación, organizada por el Instituto de Investigación de Humanidades y Ciencias Sociales, Héctor Dávalos destacó la riqueza musical, gastronómica y cultural de la comunidad afrodescendiente, como elementos que deben preservarse para no perder el concepto de pertenencia e identidad con la historia, el territorio y cambiar la condición de vulnerabilidad de los afromexicanos.
Dávalos Martínez se pronunció por la necesidad de una reforma de ley que reconozca los derechos de los afrodescendientes y que permita incidir mediante políticas públicas en la asignación de recursos en materia de salud, vivienda, alimentación y empleo a dichas comunidades.
Por su parte, Fabiola Meléndez, profesora investigadora del Instituto de Investigación de Humanidades y Ciencias Sociales, explicó que la mayor población de afrodescendiente en México se encuentra ubicada en los estados de Veracruz, Oaxaca, Guerrero, Tabasco, Estado de México y Coahuila, mientras que en Morelos viven cerca de siete mil 900 personas que se asumen como afrodescendientes.
La investigadora llamó a los universitarios y sociedad civil a sumarse a los temas de inclusión y difusión para visibilizar la problemática de los derechos de las comunidades afrodescendientes mexicanas y hacer valer los postulados del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, que se celebra el 21 de marzo de cada año.
Helen Peña, directora de organizaciones no gubernamentales internacionales de la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, indicó que la lucha del reconocimiento de los afromexicanos lleva casi 20 años en México, por lo que se pronunció por pasar del reconocimiento étnico de la comunidad afro y dar paso al reconocimiento constitucional, “porque los afrodescendientes han expresado su necesidad de vincular políticas públicas y cumplir planes de desarrollo para comunidades que carecen de servicios básicos de subsistencia, y no seguir en un limbo político que los invisibiliza”.
