Cuatro atajadas monumentales de Guillermo Ochoa le dieron un punto a México ante Brasil y justificaron la decisión del técnico Miguel Herrera de encomendar la portería al ex arquero del Ajaccio, un modesto equipo de la liga francesa que acaba de descender a la segunda división.
«Es el partido de mi vida. Es para guardarlo siempre en mi mente. Hacerlo en una Copa del Mundo, frente a toda la afición, es increíble» fueron sus primeras palabras al terminar el 0-0 que le permite al Tri soñar con el pase a octavos de final.
El portero que inició su vida futbolística en el América agradeció la confianza de Miguel Herrera y sobre cuál fue la mejor salvada que tuvo este día, afirmó que el cabezazo de Neymar en el primer tiempo. El guardameta sacó la pelota de la línea de gol cuando el estadio, en su mayoría brasileños, coreaban el inminente gol.
«El cabezazo (de Neymar) fue el más complicado, un remate seco y pegado al palo. Ese me gusto más».