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En pleno Centro Histórico de Cuernavaca, el comerciante Alejandro «N» de 50 años de edad, propietario del negocio de ropa para niños, «Castillo Infatil», localizado en la calle de Guerrero, esquina con el Pasaje Tajonar, habría sido asesinado por un solitario criminal que lo sorprendió cuando abría su establecimiento, y lo metió con lujo de violencia al inmueble para dispararle en la cabeza.
Lo anterior de acuerdo a versiones de algunos testigos, porque hasta el momento, las 15.00 horas- «la Fiscalía General -por medio de sus voceros- afirma que no tiene elementos para saber si se trató de un suicidio u homicidio, porque aún no se le práctica la necropsia al cadáver, por el exceso de trabajo de los médicos legistas», además de que se argumentó de que la versión de que «no se encontró el arma con la que podría haberse quitado la vida el comerciante, tampoco había sido confirmada al momento».
Alrededor de las 10:00 horas trascendió que la esposa o familiares del hoy occiso al arribar al negocio encontraron su cadáver y que incluso salieron a la calle a pedir ayuda con las manos ensangrentadas.
Posteriormente se dijo que el cuerpo de la víctima se encontraba en un cuarto piso y «que sus familiares habían impedido el acceso y que sólo por una pequeña puerta se veía el cuerpo de la víctima que había quedado como dormido, pero que junto al cadáver se veía su computadora lap top y su cartera», por lo que se descartaba el robo como el móvil de los hechos, en medio de la versión, en ese momento de que se trataba de un suicidio.
Sin embargo más tarde trascendería que «no se encontró el arma con el que se habría disparado el hoy occiso» y surgió la versión de que «un solitario criminal sorprendió al comerciante cuando abría su negocio, lo obligó a entrar y lo ejecuto de un balazo en la cabeza», pero cinco horas después la Fiscalía General «no tenía elementos para informar nada al respecto».
Habría que recordar que hace exactamente una semana, el jueves 21 del presente mes poco después de las 14.00 horas se reportó el hallazgo de los cadáveres de los ancianos María Luisa Barón Lagunas de 77 años de edad y de su esposo Ángel Gómez Calvo de 92 en el interior del departamento número 7 localizado en el número 902 de la calle de Álvaro Obregón de la colonia Carolina, de los que inicialmente la Fiscalía General informó que «por versiones de vecinos supieron que la señora padecía cáncer», dejando entre ver que al menos ella habría podido perecer por «causas naturales», pero que tras haber sido encontrados en estado de descomposición por «medio de la necropsia se determinaría la causa de muerte».
Esto tras de que de manera extraoficial se supo que los ancianos habrían sido asesinados para robarlos, versión que a una semana, no ha sido confirmada ni desmentida por la Fiscalía ya que al parecer aún «no terminan de practicar la necropsia a los cuerpos de los ancianos», tal vez por el avanzado estado de descomposición en que se encontraban y por ello no se ha informado nada al respecto, sobre estos terribles hechos.
