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En un plazo de aproximadamente dos semanas, la Fiscalía General del Estado habrá obtenido la totalidad de perfiles genéticos de los 117 cuerpos recuperados del panteón de Tetelcingo, municipio de Cuautla, labor que tiene un avance de más del 60 por ciento, informó este miércoles el titular de la institución, Javier Pérez Durón.
En conversación con Milenio Televisión, vía telefónica, el Fiscal de Morelos explicó que además de trabajar con las muestras biológicas de los cadáveres que fueron re-inhumados legal y dignamente en el panteón Jardines del Recuerdo, también en Cuautla, igualmente se han corrido las de familiares de personas no localizadas que estuvieron presentes en Tetelcingo, provenientes de Morelos y de distintas entidades del país, en busca de algún ser querido.
El pasado 12, 29 de los perfiles genéticos de familiares, obtenidos por la FGE ya fueron enviados a la Procuraduría General de la República, a fin de que se confronten sus resultados con las bases de datos de esa institución federal.
Pérez Durón recordó que también se avanza en los procesos administrativos y penales en contra de funcionarios que incurrieron en responsabilidad con respecto a la inhumación original en el panteón de Tetelcingo: «algunas carpetas ya están con el juez de control… Ya estamos por formular imputación… ya hay procedimientos administrativos como penales en contra de los exservidores públicos».
De la misma manera, rechazó el que se critique a la Fiscalía de ser juez y parte en estos procesos: «nosotros no somos jueces; nosotros llevamos los asuntos con el juez de control. Hay otros instrumentos jurídicos para quienes no estén conformes con nuestra tarea. Nosotros no estamos encubriendo a nadie. Es la instrucción que tenemos del gobernador Graco Ramírez.»
Una vez lista la totalidad de perfiles genéticos, podrá comenzarse con la confronta con los resultados que tengan las otras instituciones que hicieron una labor similar. Se cruzará información con las bases de datos disponibles en el país y los de cadáveres que estuvieron en el panteón de Tetelcingo, con la esperanza de poder entregar los cuerpos a sus familias.
