Con al menos 276 votos electorales, el empresario y candidato republicano Donald Trump fue el protagonista de unas elecciones en las que los republicanos, contrario a la mayoría de los pronósticos, consiguieron la presidencia de los Estados Unidos y mantener la mayoría en el Congreso, algo que no lograban desde 2007.
La victoria del republicano en los estados claves, aunque apretada, fue determinante para llegar a la presidencia, de los cuales solo perdió Nevada, y posiblemente en Nueva Hampshire.
La mayoría de los habitantes de Arizona, Florida, Carolina del Norte, Ohio, Pensilvania y Utah decidieron apoyar a Trump al final, dandole los votos suficientes para obtener una victoria cómoda por votos electorales, pese que más personas apoyaron a Clinton a nivel nacional.
El Senado también terminó en manos de los republicanos, quienes alcanzaron los 51 escaños, por 47 de los demócratas.
Los republicanos igualmente resultaron exitosos en su batalla por la Cámara de Representantes, donde ostentarán 239 puestos de los 435 que la conforman.
Esto significa una victoria completa para el partido, quien tiene en teoría el camino libre para aprobar las iniciativas que quiera, y poder derogar varias leyes aprobadas durante la administración de Barack Obama.
Información obtenida de López Dóriga Digital