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Los diez carriles de la vía de comunicación que atraviesa de norte a sur de Cuernavaca nombrada por las autoridades como “Paso Express Tlahuica” se convirtió en las últimas horas en el centro de atención no solo de cientos de habitantes, si no del país entero, en una zona de rescate para decenas de paramédicos de todas las corporaciones, en un estacionamiento para cientos de automovilistas y en la tragedia de una familia.
Desde muy temprano, aun en la obscuridad, se reportó sobre la apertura del socavón y la caída de un automóvil en su interior. En algunos casos, fueron los propios vecinos de la zona quienes alertaron a los cuerpos de emergencia y reporteros, en otros, automovilistas testigos de los hechos.
Al lugar arribaron los integrantes de los cuerpos de emergencia quienes incluso no podían acercarse al socavón debido al riesgo de que el hoyo de 5 metros de profundidad se hiciera aun mayor.
Desde muy temprano y a lo largo del día, la noticia de este socavón a solo tres meses de haberse inaugurado el paso express inundó las redes sociales y los medios de comunicación. Decenas de reporteros se encontraban en la zona, algunos arriba del techo de una casa, otros buscando acercarse a la escena de la tragedia, subiendo y cruzando muros de contención, otros más desde el puente peatonal que se cimbra cada que un vehículo pesado pasa por debajo.
Los policías, trabajadores, rescatistas, paramédicos de corporaciones como Cruz Roja, Bomberos Cuernavaca, Protección Civil municipal y estatal, ERUM, CRUM, realizaron maniobras intentando salvar la vida de las personas, mientras algunos trabajaban en los trascabos, los demás esperaban en pequeños grupos alguna señal para poder ingresar a la zona, ellos no se retiraron en ningún momento ni cesaron la labor pese al calor.
Decenas o incluso cientos de vecinos durante horas se mantuvieron como espectadores de la tragedia, preocupados por sus familias y sus viviendas. Vigilaron la labor de las autoridades y muchos desesperados increparon, reclamaron y gritaron a los funcionarios, a todos, desde el delegado de la SCT, el director de Protección Civil, el titular de la CEAGUA hasta al secretario de Comunicaciones y Transportes Gerardo Ruíz Esparza, a quienes responsabilizaron de lo que ahí ocurría.
Mientras todo ello ocurría, miles de automóviles formaron un enorme estacionamiento a lo largo de varios kilómetros del paso express, quienes desde las primeras horas y hasta el medio día, quedaron atrapados sin lograr avanzar y cuando lo hicieron y circularon por la zona no dudaron también en reclamarle a la autoridad.
Sin embargo, nada de eso se comparó con la tragedia que dos mujeres ahí vivieron, primero en la angustiante espera de horas para el rescate de sus familiares, y luego la insoportable noticia de su muerte. En medio del llanto tuvieron que ser atendidas por paramédicos al interior de una de las ambulancias luego de saber que pese a los esfuerzos el Paso Express arrebató la vida de su familia.
