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Sigue enrareciéndose masacre de familia en Temixco, por un lado aparecen audios de la familia que quería entregarse, por el otro policías dan entrevistas a medios nacionales

Audios de llamadas telefónicas realizadas por un sobreviviente de la masacre de Temixco fueron revelados mientras que los policías involucrados de manera histórica dieron una entrevista al diario Reforma según su versión de los hechos, lo que no ocurre normalmente por lo que la declaración tuvo que ser autorizada por el coordinador de la Comisión Estatal de Seguridad.
Primero se revelan los audios donde la familia estaría dispuesta a entregarse al menos en el extracto eso se escucha.
Uno de los audios es un extracto de la primera parte de una conversación telefónica entre uno de los sobrevivientes del domicilio de la colonia Rubén Jaramillo en Temixco, Morelos y una persona desconocida.

En él se escucha que los ocupantes de la casa piden a los policías que los esperen, ya que están cambiando a los niños debido a que estaban dormidos mientras a lo lejos se escuchan voces, presuntamente de los policías, exigiendo que salgan.

Luego de algunos segundos la persona que está al otro lado de la línea le dice al sobreviviente que les diga que ya se van a entregar, mientras sigue grabando la conversación.

En un momento de la llamada el sobreviviente explica que los policías llegaron disparando y diciendo que los iban a matar.

Estos audios forman parte de las pruebas que la defensa de los detenidos presentó ante el Juez de Control y Juicio Oral para demostrar que no hubo enfrentamiento, como asegura la policía y que las víctimas no murieron en el fuego cruzado.

“La importancia de los audios viene a corroborar el contenido de la criminalística, es decir, la criminalística por sí misma nos indica que no existe una correspondencia de las armas cortas, que se les atribuye fueron disparadas a los habitantes de la casa, con los indicios balísticos encontrados, los testimonios, tanto del menor como de la persona de 19 años, a la que en el audio escuchamos que le dicen “El Chaparrito”, esos, corroborados con los audios, nos hacen a nosotros tener la certeza de que no existió un fuego cruzado, esa es la importancia de estos audios, es decir, corrobora lo que dicen los testigos y el contenido de la criminalística de campo”, expresó Juan Manuel Cuéllar, abogado de la familia.

En la segunda parte del audio se escucha que el sobreviviente le dice a su interlocutor quiénes son las personas que se encuentran en el domicilio.

“En el último audio lo que se escucha es el conteo de los familiares que se encuentran con vida, incluso empiezan a cuestionar quién se encuentra, algunos dan nombres de los que se encuentran y se escucha que dicen: “el chaparrito”, que es una persona que tiene 19 años pero su crecimiento fue aparentemente hasta la edad de 12 años biológicos, eso es lo que básicamente nosotros escuchamos en los audios, es lo que refirieron los testigos cuando estos audios fueron reproducidos en audiencia, es lo que dan de explicación”, dijo el defensor.

La madrugada del jueves 30 de noviembre seis personas murieron, entre ellas una bebé, en un presunto enfrentamiento entre policías y civiles en la colonia Rubén Jaramillo, de Temixco, Morelos.

Según la versión de los elementos de la Policía Morelos Cerca de Ti que participaron en el hecho, se encontraban en un operativo cuando recibieron una denuncia anónima en la que se señalaba que en un domicilio de la calle Francisco I. Madero se encontraban sujetos armados y, al parecer, personas privadas de la libertad.

Al llegar a la calle, cerca de las 3:00 horas, los policías se encontraron con los sujetos quienes los recibieron a balazos.

Fue al repeler la agresión cuando cuatro mujeres, un bebé de tres meses y un niño de 12 años murieron.

Versión que los familiares de las víctimas y su abogado niegan ya que, aseguran, ellos se encontraban durmiendo en su domicilio cuando los policías irrumpieron de manera violenta.

“La policía irrumpe en la casa, pide que se entreguen y les dan un tiempo, cuando ven que no salen, entonces empiezan a disparar, es cuando inmediatamente después de que cesan los disparos, ya se dan cuenta de que hay personas sin vida, los disparos, a decir de estas personas en el interior duran un lapso menor a los 15 minutos, los demás disparos fueron afuera”, expresó Cuéllar.

El abogado de las víctimas acusó que los policías que participaron en el hecho no han sido puestos a disposición del Ministerio Público, como marca la ley, para deslindar su responsabilidad en el delito de homicidio calificado en el que presuntamente habrían incurrido.

“Nosotros no hemos llamado a este hecho ejecución extrajudicial, lo que hemos llamado nosotros o como lo hemos denominado es una irrupción ilegal que conlleva a la comisión de otro ilícito que es un homicidio calificado, del cual la Fiscalía no nos puede dejar mentir, no ha realizado acto de investigación alguno, no se ha determinado la responsabilidad, los elementos policiacos no fueron puestos a disposición”, agregó.

Luego del presunto enfrentamiento cinco personas, entre ellas un menor de edad, fueron detenidos y presentados ante un Juez de Control y Juicio Oral quien determinó dejarlos en libertad al comprobar que ninguno de ellos disparó ningún arma, además de que el dictamen emitido por un experto en criminalística de campo de la Fiscalía del Estado informa que en el lugar de los hechos fue manipulada la evidencia.

En su defensa, los elementos de la policía aseguraron que no tenían conocimiento de que en el lugar donde realizaron el cateo en la colonia Rubén Jaramillo, se encontraban civiles.

Los oficiales narraron al diario Reforma, que en medio de la oscuridad abrieron fuego para capturar al capo, sólo disparaban en dirección de donde provenían los tiros.

Comentaron que hasta después del operativo descubrieron que estaban combatiendo desde el baño, lugar donde se encontraron los cuerpos de las cuatro mujeres, una bebé y un adolescente. También se enteraron de que, el mismo «Señor de la V» era quien les disparaba: «No dejaba de disparar desde el baño, junto con otro sujeto, se burlaba de nosotros, que íbamos a valer madre», dijo uno de los oficiales.

Después de que el capo advirtiera a los elementos de la policía la llegada de más refuerzos, que nunca llegaron, se rindió y se entregó a las autoridades con un niño en brazos, al cual utilizó como escudo.

«Después de exhortarlos durante hora y media a que ya no dispararan nos empiezan a decir que ya, que iban a salir, los exhortamos a que salieran, se oía movimiento, después encienden las luces, salen dos personas de una puerta que se encontraba al frente de donde nosotros estábamos, hasta ese momento nos damos cuenta que era un baño, que había más gente ahí».

Informaron los elementos que el operativo ocurrió entre las 03:00 y las 04:30 horas del pasado 30 de noviembre, después de patrullar la zona, ya que un hombre hizo una denuncia anónima, refirió que a un domicilio «llegaron vehículos con gente armada, con gente encapuchada que constantemente se escuchaban detonaciones de arma de fuego».

Los oficiales arribaron al domicilio, donde confirmaron que efectivamente estaban entrando al lugar varias personas, dos de ellas iban armadas: «Descendimos de la unidad, uno de mis compañeros le da alcance a uno de ellos, que se va introduciendo al domicilio, y veo que se da la vuelta, lo sujeta y lo jalan hacia dentro, fue un escenario impactante porque empezamos a escuchar las detonaciones de estas personas, yo bajo un escudo de la unidad y nos introducimos al domicilio para privilegiar la vida del compañero».

El policía añadió: «Fue impactante entrar y ver que mi compañero se arrastraba tratándose de cubrir en un vehículo que se encontraba en el interior de dicho inmueble, no se veía nada, las luces estaban apagadas».

Finalmente, fueron detenidas cuatro personas, tres hombres y una mujer, quien estaba acompañada por otros menores en una de las habitaciones.

Con indignación y tristeza, los elementos que participaron en la captura del capo, lamentan que el Juez lo haya liberado.

Tras el operativo, los oficiales reconocieron que surgieron amenazas contra ellos, incluso se han colocado narcomantas donde se ofrecen 100 mil pesos por la cabeza de uno de ellos.

Preocupado, uno de los uniformados comentó: «También a nosotros nos duele este resultado con las víctimas, somos padres de familia, pero fuimos atacados y respondimos como lo establece el protocolo, estamos amenazados por hacer nuestro trabajo, ¿cómo se los explicamos a nuestras familias?»

Sin embargo, los policías confían que las autoridades concuerde con ellos y los criminales que los atacaron sean encarcelados. (con información de Reforma y Formula)

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