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Vivir en la calle a seis meses del sismo del 19s

Desde el 20 de septiembre de 2017, un día siguiente del terremoto, Don Arturo Quevedo Jiménez, un hombre de la tercera edad, duerme en plena vía pública, sobre unas bocinas que colocó en una banqueta porque hasta la fecha no ha recibido los recursos del Fonden para reconstruir su casa.

“Pues como ve son unas bocinas, las saqué de ahí adentro de donde estaba caída mi casa, con trabajo las saqué y ya las puse aquí, puse unos sarapes y aquí me duermo, no hay más”, dijo en entrevista.

De acuerdo con cifras oficiales del Gobierno de Morelos, el sismo afectó a más de 20 mil viviendas y a casi 100 mil habitantes, además de que 40 escuelas deberán edificarse de nueva cuenta.

Hasta el 15 de marzo de 2018 la reconstrucción de la infraestructura educativa, de acuerdo con el Ejecutivo estatal, registraba un avance del 30 por ciento.

Según los datos del Gobierno, el programa estatal Unidos por Morelos, que apoya a familias damnificadas, ha entregado el 80 por ciento de los 11 mil apoyos de paquetes de construcción destinados a los afectos.

De acuerdo con el Gobierno federal, en Morelos se deben entregar casi 16 mil tarjetas a las familias damnificadas, de ellas 6 mil 104 son para familias con la pérdida total de sus casas y 9 mil 697 para quienes sufrieron daños parciales.

El 92 por ciento de las tarjetas ya han sido entregadas, aunque según los afectados no todas tienen fondos.

Hasta ahora ni una sola casa ha sido reconstruida solo con recursos del Fonden o con el apoyo del programa estatal Unidos por Morelos.

A pesar de los apoyos anunciados por las autoridades, medio año después del terremoto en Jojutla todavía se pueden ver calles llenas de escombro, inmuebles cuarteados y manzanas convertidas en terrenos llenos de carpas de plástico.

Decenas de familias aún duermen en la calle y no saben cuándo podrán comenzar a reconstruir sus viviendas.

En la Privada Allende del Centro de Jojutla, en el sur de Morelos, una decena de casas se vino abajo la tarde del 19 de septiembre del año pasado.

Una de las casas destruidas en la cuadra fue la de Don Arturo.

En la banqueta frente al predio donde estaba su domicilio colocó las tres bocinas y las convirtió en su cama.

Su vehículo, un Volkswagen sedan modelo 1976, también quedó atrapado entre los escombros. Como pudo, Don Arturo lo rescató, le cambió los vidrios rotos y hoy funciona como su ropero, un espacio donde guarda las cobijas que todas las noches pone sobre las bocinas para hacer menos dura su cama.

“¡Uy! Ha sido muy difícil, demasiado, porque pues carecemos de todos los servicios, ni Ayuntamiento ni Gobierno del Estado, ni federal nos ha ayudado, nos ha ayudado la ciudadanía, la gente que nos ha brindado despensas, apoyo, pero el municipio… una lámpara, nada más dio, de ahí para acá no nos ha dado nada”, lamenta.

El Fondo de Desastres Naturales (Fonden) registró el caso de Don Arturo como pérdida total de su vivienda.

Eso significa que debería recibir 120 mil pesos para reconstruir completamente su casa, sin embargo, hasta la fecha sólo ha recibido 45 mil, dinero que apenas le alcanzó para los cimientos.

“No nos han dado el Gobierno el apoyo que nos debe de dar, el apoyo que nos dan es poco, con eso no se levanta bien una casa, pero aparte de eso dieron una parte y tanto Gobierno federal, como Gobierno estatal se están haciendo, aventando la bolita, pues, no nos han dado lo que nos tienen que dar, mi casa fue pérdida total, hemos recibido como 45 mil, de 120.

“Con esos 45 cuando menos eché los cimientos y se levantaron pues la plancha de concreto para poder levantar los castillos de la casa”, dijo.

Como en todos los casos de las familias damnificadas que no han podido reconstruir sus viviendas el temor más grande que sienten ahora es las condiciones que enfrentarán uando inicie la temporada de lluvias.

Y es que, por ejemplo, a Don Arturo solo lo protegen del clima la marquesina de 50 centímetros de una casa que no pudo tirar el sismo y una lona blanca que le regaló el Gobierno federal.

“Esta lona nos la dio el Gobierno federal, pero porque lo presionamos, es lo que nos dieron, nada más.

“Ahora pues a ver cómo nos acomodamos, tratar de no mojarnos, porque mire, ya viene el agua”, dijo.

Seis meses no han sido suficientes para que los gobierno estatal y federal cumplan su palabra de apoyar a los damnificados por el terremoto.

Con el paso de los días incluso esa esperanza se desvanece entre los vecinos de Jojutla que aún no reciben el total del recurso prometido.

Hoy la prioridad de los políticos, dice Don Arturo, son las elecciones.

“Como ya se vienen las elecciones, tanto del federal, como el municipal, van a ocupar el dinero para sus campañas, para sus fines y sabemos que ya nos han saqueado tanto, tanto el Presidente de la República, como el Presidente municipal, entonces a ellos no les interesa, a ellos lo que les interesa es el poder, el poder, seguir gobernando, porque si no quedan, pierden, pierden poder, pierden dinero, pierden estatus.

“De alguna manera tienen que ocupar todo ese recurso para ganar, para sus campañas y ya después, si es que se les antoja, nos van a dar, pero si quieren, mientras tanto la lluvia nos va a caer”, dijo Don Arturo.

Apenas la semana pasada se dio a conoce que los habitantes de Jojutla no solo padecen los estragos que dejó en sus vidas el sismo, sino que deben enfrentar la realidad violenta que posiciona a esa localidad del sur de Morelos como la de mayor tasa de secuestros y violaciones.

De acuerdo con el reporte anual del Observatorio Ciudadano de Justicia y Legalidad, basado en los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) de la Secretaría de Gobernación, la tasa de secuestros en Jojutla por cada 100 mil habitantes superó por casi 300 por ciento a la estatal.

“Jojutla es el que tiene la tasa más alta de todo el estado y con la cual se presentó por encima de la tasa estatal en un 290.72 por ciento”, informó Cristina Rumbo Bonfil, presidenta del Observatorio.

La tasa de secuestros en Jojutla en el 2017 fue de 3.34 casos por cada 100 mil habitantes.

Otro delito que golpeó como el sismo a Jojutla el año pasado fue el de violación.

De acuerdo con el reporte, en todo Morelos se cometió en promedio una violación diaria en 2017.

Esta cantidad de delitos llevó a la entidad a ocupar, como en el 2016, el tercer lugar en el ranking nacional.

“En Morelos Cuernavaca y Jojutla tienen las tasas más altas de toda la entidad; Jojutla tuvo una tasa de 38.41 casos por cada 100 mil habitantes en 2017 y Cuernavaca 32.27, con ello Jojutla estuvo por encima de la tasa estatal en un 94.06 por ciento”, expresó la presidenta del Observatorio.

Los damnificados de Jojutla son conscientes de la realidad violenta que enfrentan.

Don Arturo dice que una de las ventajas de dormir en la calle es que está al pendiente de las pertenencias que sus vecinos guardan en la vía pública y del material de construcción que han comprado.

“Como quiera que sea estoy al pendiente de todos los compañeros vecinos que tienen su material, tienen sus cosas, yo aquí me quedo”, dijo.

Pero a los delitos de secuestro y violación, este hombre suma el homicidio doloso.

Tres ejecuciones cada semana son las que se registran en la localidad.

Además de los robos que, dice, están a la orden del día.

“Muy, muy peligroso porque cada semana cuando menos hay dos, tres muertos, balaceados o mucha inseguridad, mucha delincuencia, mucho problema con la gente.

“El Gobierno estatal dice que no pasa nada, que todo está bien, pero nunca se han venido a parar y nunca han venido a ver en realidad la situación de lo que estamos sufriendo, mucha delincuencia, bastante, asesinatos, robos, secuestros, son los de cajón”, dijo.

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