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Ofende el proceso electoral a damnificados por el sismo en Jojutla

La propaganda electoral colgada en las zonas dañadas por el sismo del 19 de septiembre del año pasado ofende a los damnificados en Jojutla, pues aseguran que a nueve meses de la tragedia esos recursos deberían destinarse a la reconstrucción que sigue pendiente.

Mónica Mendoza Peralta, vecina de la colonia Emiliano Zapata de Jojutla, considerada la zona cero por ser la más afectada por el terremoto, siente impotencia y coraje al ver las lonas con propaganda electoral colgadas incluso en bardas cuarteadas por el sismo o en la malla ciclónica que rodea los predios donde antes del 19 de septiembre había casas y hoy solo carpas de plástico.

“La verdad sentimos coraje, impotencia, porque digo, todo ese dinero que ellos están gastando en sus lonas, en sus propagandas, por qué no mejor lo emplean en ayudar aunque sea un poco a las personas que realmente lo necesitamos, yo creo que sería más de utilidad para ellos que la gente votaría yo creo que por ellos, pero pues así no porque es pura basura que tiran”, dijo.

Mónica vive desde hace nueve meses, junto con otros tres adultos y dos niños, en una carpa donada por una fundación extranjera que apenas mide 9 metros cuadrados.

Ahí, bien apretados, como ella dice, duermen los integrantes de esa familia, quienes comparten baño con los habitantes de otras dos carpas de plástico.

“Es difícil, es bien difícil, primero porque estamos bien apretados, somos varias personas, luego se nos mete el agua, como ahorita está lloviendo, no podemos estar afuera y adentro se siente mucho calor, eso es lo más difícil, vivir en estas casitas-carpas, porque la verdad el calor es insoportable, luego con las lluvias el agua se nos mete, tenemos niños enfermos, enfermos del estómago y pues seguimos en las mismas condiciones”, dijo.

En la colonia Emiliano Zapata ya se pueden ver algunas viviendas reconstruidas, la mayoría con el apoyo de fundaciones y con recursos entregados a través de programas sociales nacionales, como el Fonden, o estatales.

Sin embargo no todas las familias han recibido esos apoyos, por lo que a nueve meses del terremoto aún viven en las carpas de plástico.

“Pues no, no hemos tenido apoyo del gobierno, definitivamente no, estamos igual, en las mismas condiciones, pues nada más vienen y nos dicen que ya, y que ya, y que ya, pero pues nada más así nos traen”, contó Doña Mónica.

Otras familias que tampoco recibieron el apoyo suficiente de las autoridades para reconstruir su patrimonio se las han ingeniado para subsistir estos meses.

La familia de Doña Elizabeth Salgado Maldonado vivió una serie de tragedias.

El sismo destruyó la combi del transporte público que su esposo conducía y hasta la fecha su patrón no lo ha recontratado.

El taller mecánico en el que laboraba su hijo mayor se derrumbó y tampoco ha conseguido un empleo estable para apoyar a su familia.

El hijo menor de Doña Elizabeth está enfermo de las vías respiratorias y el polvo, el calor y la humedad de la zona ha complicado su estado de salud.

Para sacar adelante a su familia Doña Elizabeth decidió vender gelatinas y yogurt casero.

En estos nueve meses lo más triste para ella ha sido secar con un ventilador los cuadernos y libros de su hijo que se mojaron con la lluvia y recordar cada noche la tragedia que comenzó a vivir desde la tarde del 19 de septiembre.

“Es muy triste porque han pasado días en que mi hijo tengo que secarle los cuadernos, tenemos plancha, a puro ventilador, los libros porque se han mojado, porque no tenemos el cuidado de dejar la mochila abajo de la cama, del mueble, es muy difícil eso”, dijo.

Apenas la noche del domingo Doña Elizabeth lloró al pedirle a su hijo que llevara los trastes de la cena al lavadero.

“Yo quisiera tener tabicón, la arena, la grava y yo mismo decirle al albañil ‘yo le ayudo, dígame cómo y vamos a levantar esto’ porque a mí me duele ver a mi hijo, ver a mi familia en estas condiciones, si ustedes pasaran a ver en el lavadero, que no es un lavadero, es una tina, anoche se me rodaron las lágrimas diciendo ‘lleva los trastes al lavadero’ ¿Cuál lavadero! ¡No hay nada!”, dijo.

Aunque la casa de la familia de Doña Elizabeth se vino abajo la tarde del 19 de septiembre, las autoridades federales determinaron catalogar su caso como pérdida parcial, por lo que solo le entregaron 15 mil pesos del Fonden, los cuales no le alcanzaron ni para comenzar la obra de reconstrucción.

A ella también le duele que en medio de la tragedia por la que atraviesa su familia se desarrollen las campañas políticas.

“El gobierno está ahorita mezclado en la política y qué bueno, porque es su futuro de ellos, pero a mí me da mucha tristeza, yo siento tristeza, ellos no se ponen su mano en el corazón.

“Uno de ellos va a ganar porque así está establecido que ganen ¿para qué? Para ver el futuro de ellos, de su familia, de sus hijos y qué bueno, pero no miran el corazón de la gente que estamos sufriendo, qué bueno que van a ganar, pero qué mal que no ven para acá”, dijo.

Desde el sismo y hasta antes del inicio de las campañas políticas, agregó la mujer, ninguno de los políticos que hoy compiten por un cargo de elección popular en Jojutla la visitó.

“Ellos no vinieron, nadie, ni el presidente, yo no veo que ningún candidato haya venido a preguntarnos en qué nos pueden ayudar, ellos no han venido”, dijo.

En el centro de Jojutla, considerado antes del terremoto como el corazón económico de la región sur de Morelos, el proceso de reconstrucción avanza lento.

Las empresas que estaban instaladas en la zona no han reiniciado sus actividades, por lo que cientos de hombres y mujeres no han podido recuperar sus empleos.

“Pues en realidad no ha pasado mucho, la autoridad federal sobre todo pues ha hecho caso omiso a las necesidades que aquí en el municipio se requieren a raíz del terremoto, como puedes ver esta parte está desolada, está devastada, no se ve por ningún lado la reconstrucción de los empresarios que aquí tenían sus edificios.

“Aquí enfrente estaba Óptima, de mi amigo Nacho Ramos; aquí estaba camisas Pipe: la imprenta; un expendio de Pan Bimbo; nuestra amiga Paquita, su hermana que es dentista; a un lado estaba el banco Santander, en la parte de abajo yo tenía mi negocio de libros y solamente se les ocurrió darles un apoyo de 10 mil pesos, pues para qué sirven 10 mil pesos, para prácticamente nada”, dijo Fernando, quien ha logrado instalar un puesto de libros en el predio que antes era ocupado por una óptica.

En Jojutla no hay presidencia municipal, pues el edifico fue destruido por el sismo.

Hoy en el segundo piso todavía se puede ver el escombro acumulado.

El quiosco del centro fue demolido; la avenida principal no ha sido reabierta pues las autoridades decidieron renovar el drenaje bajo esta vialidad.

A una cuadra del centro aún hay casas sin techo, con escombro sobre las camas en las que parece que el tiempo se detuvo desde la tarde del 19 de septiembre.

A pesar de que la reconstrucción va lenta y de que los comerciantes piden, sin obtenerlo, apoyo económico para reactivar sus negocios, en las calles del centro se pueden ver lonas con propaganda electoral.

“Quizá hubiera sido lo justo que no se invirtiera tanto en cuanto a campañas políticas, y bueno, yo creo que de cierta manera hay algunos candidatos que vienen a prometernos las perlas de la virgen queriendo lucrar con este daño que nos ocasionó el 19 de septiembre, entonces, pues esperemos que quien resulte electo, pues haga y apoye lo más que pueda, que dé hasta que duela, que le doliera como si hubiera sido algo, como si le hubiera pertenecido algo”, dijo Fernando.

A los problemas que trajo el sismo, la falta de apoyo económico y las enfermedades se suma una crisis que apenas comienza: la de la basura.

A diferencia de hace algunos meses, en las calles de Jojutla se pueden ver montones de basura acumuladas en las esquinas.

“Con el tema de la basura vienen a recolectarla cada tercer día por la noche, antes la recogían en las mañanas, vienen ahora en las noches, la recogen, a veces sí, a veces no y ahí se sigue amontonando

“Por todo esto, pues todavía sigue el temor de algunas enfermedades, familias no quieren entrar a Jojutla por el miedo de contraer alguna enfermedad y el comercio va lento”, dijo Nayib Montero, encargado de la panadería Alzaid, instalada en Jojutla desde hace 17 años y que por el sismo debió mover sus instalaciones.

Como a otros ciudadanos habitantes de este municipio a Nayib tampoco le agrada la idea de ver en las calles de este municipio propaganda electoral.

“Para mí parece alguna burla en algunas ocasiones porque aquí están dos primarias que pues tenían para levantar la primaria desde la Semana Santa. ¿Qué pasó? Que ya llevan un mes y han avanzado lo de los tramos que llevan de la barda, adentro quién sabe cómo se encuentre, supuestamente el piso está muy levantado, pero en lugar de estar haciendo campañas, gastando en lonas, dándoles gorras, sombrillas o ese tipo de cosas, yo creo que hay otras prioridades que hay que tomar en cuenta”, expresó.

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