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Luego de que el Fiscal General, Uriel Carmona Gandara diera conocer que el arma utilizada por el presunto homicida Maximiliano «N», para atacar y dar muerte a los dirigentes de la CTM, Jesús García y Roberto Castrejón Jr, era una pistola glock calibre nueve milímetros, que había sido pues a disposición de la dependencia a su cargo desde noviembre del 2017, pues estaba relacionada en una carpeta de investigación y que sería de una corporación policíaca, trascendió de manera extraoficial que esto deriva de un intento de asalto, al parecer en un cajero automático.
Elementos de la policía enterados del caso, explicaron que ese tipo de armas las adquirió en su momento en Ayuntamiento de Cuernavaca y que se presume que el arma fue puesta a disposición del ministerio público porque el elemento que la tenía a cargo la utilizó para frustrar un asalto en un cajero automático, en donde el delincuente también disparo su arma, por lo que las dos armas habrían ido puestas a disposición del Ministerio Público.
Sin embargo, a dos años de distancia, tiempo en el que se supone se iniciaron las carpetas de investigación y se realizaron los peritajes, explicaron los agentes, no se tiene claridad, cuando fue sustraída el arma del cuarto de evidencias, por lo que al parecer hay ya las carpetas iniciadas ahora por el robo del arma, ni cuantos funcionarios estarían relacionados, investigados ni sancionados.
A este respecto, señalaron que si bien es por demás grave el que se haya ejecutado a dos personas en pleno centro de Cuernavaca, «a la vista de todos», es más grave aún que el arma utilizada por el asesino haya sido evidentemente robada de la Fiscalía General, sin que la autoridad responsable de su resguardo «se haya dado cuenta o si se dio cuenta, no haya sancionado a los responsables» ni llegado al fondo del caso.
Insistieron los elementos de la misma corporación que por desgracia esta situación sólo contribuye a aumentar la desconfianza en la institución, pues por acción u omisión pudiera existir una complicidad de funcionarios de la FG, con presuntos integrantes de la delincuencia organizada, algo que salió a la luz, por el doble crimen cometido en el zócalo de Cuernavaca, ya que de lo contrario, seguramente los criminales seguirían utilizando el arma y la Fiscalía seguiría guardando silencio.
