De acuerdo con las versiones de testigos, fueron entre seis y 8 sicarios quienes llegaron al Hospital General de Tetecala, a bordo de dos camionetas para liberar a un secuestrador que había sido detenido por militares.
José Antonio Ortiz Guarneros, Comisionado Estatal de Seguridad, dijo que los policías que custodiaban al detenido fueron superados en número y también en capacidad de fuego, por los delincuentes.
De acuerdo con el Vicealmirante Ortiz Guarneros, Diego Arturo “N”, el secuestrador liberado por los sicarios, fue internado en el hospital desde el 17 de enero, cuando en un enfrentamiento con militares resultó herido.
“Ahí en Tetecala, en el Hospital comunitario, estaba internado un elemento que fue vinculado a proceso por el delito de secuestro desde el 17 de enero en un enfrentamiento que tuvo la Sedena en donde ellos rescataron a un secuestrado, abatieron a uno de los secuestradores y este otro que quedó herido fue internado en ese hospital.
“El día de hoy en la madrugada dos camionetas con gente armada fueron a rescatar al que estaba ahí internado, lesionaron a un policía, otro de los que estaba dándole custodia al elemento llamó al resto de la corporación de ahí de Tetecala, hubo un enfrentamiento, salieron huyendo los que fueron a rescatar al herido y ahí fue cuando sufrió un rozón en la cabeza uno de los policías municipales”, dijo Ortiz Guarneros.
El caso ya es investigado por la Fiscalía General del Estado, dependencia a la que han acudido a rendir su declaración los policías que custodiaban al detenido.
“Hay dos versiones de que eran ocho, otros que eran seis, lo que sí es que fueron armas largas las que usaron en el intercambio que tuvieron con la policía municipal , fueron armas largas, entonces sí es de preocuparse que vengan dos vehículos con gente armada a hacer esto”, expresó el mando de la Policía en Morelos.
Cuestionado sobre si el rescate y el enfrentamiento son producto de un exceso de confianza por parte de la Policía, el Vicealmirante respondió que no y qu emás bien se trató de un exceso de gente armada.
“Fue más bien un exceso de gente armada que llegó, dos (policías) no iban a poder contra seis u ocho (sicarios)”, dijo.