
La restauración de las figuras del Niño Dios continúa siendo una tradición profundamente arraigada en muchas familias durante la temporada decembrina, especialmente en el centro y sur del país. Estas imágenes, que año con año son colocadas en los nacimientos y altares familiares, representan no solo un símbolo religioso, sino también un elemento cargado de valor sentimental y herencia familiar.
En el municipio de Jojutla, artesanos dedicados a este oficio han señalado que los costos de restauración han registrado un incremento, principalmente debido al alza en los precios de materiales especializados como pinturas, barnices, pestañas, brochas, pegamentos y otros insumos necesarios para devolverles su apariencia original.
De acuerdo con restauradores locales, los precios por este servicio van desde los 200 pesos en adelante, dependiendo del estado de la figura y del tipo de trabajo que se requiera, ya sea limpieza general, retoque de pintura, cambio de extremidades, reparación de grietas o restauraciones más detalladas en el rostro y el cuerpo.
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