En medio de rechiflas y mentadas de madre de maestros jubilados por la falta de atención, salió de su oficina un presidente de la Mesa Directiva, sin vergüenza, en sus manos llevaba un costal blanco y sin más empezó a repartir teleras a los profesores, sus trabajadores de confianza café y… empezó la convivencia.
El salón de plenos se convirtió en un verdadero comedor. Los maestros empezaron a sonreír de contentos por su café y telera en mano, algunos hasta chilaquiles comieron, los que no alcanzaron ni pan blanco se quejaban por la desatención de su servidor (literalmente), el diputado Esteban Gaona, quien al final gritó a todos los presentes “estamos para servirles”.
Afuera del Congreso local llovía, adentro más gente esperaba al arranque de la primera sesión ordinaria del segundo año de periodo Legislativo.