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El doctor Arturo Iglesias, Jefe del Departamento de Sismología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), confirmó el desplazamiento de 2.4 metros de Honshu, principal isla del archipiélago japonés; provocado por el terremoto en tierras niponas que ocasionó movimientos violentos de masas de tierra, aunque siguen siendo “cálculos técnicos”.
“Esta perturbación en la propia rotación de la tierra porque la masa misma de la Tierra se acomodó después del temblor y entonces eso provoca algunos cambios en la rotación que son, la verdad, nada relevantes para la vida cotidiana. De hecho, ni siquiera se puede comprobar bien esto, son cálculos teóricos y también en temblores grandes, las placas se desplazan considerablemente y esto sí es posible, desde luego”, afirmó Arturo Iglesias.
Dichas declaraciones, se efectuaron, luego de que Kenneth Hudnut, de la autoridad geológica de Estados Unidos, diera a conocer el desplazamiento de Hudson; a lo cual el científico mexicano acotó que tal movimiento no implica relevancia para la vida cotidiana y explicó detalladamente, como miden dichos movimientos; haciendo una analogía con los GPS de los automóviles; que son sistemas de navegación o localización de objetos, pero en este caso su función es detectar el movimiento de la tierra mediante la triangulación de satélites, registrando cambios que en ocasiones pueden ser milimétricos.
“Con estos GPS que conocemos de los coches o para llegar a una dirección, algo parecido, claro que son mucho más precisos que estos que escuchamos en los coches por ejemplo. Estos GPS lo que hacen es medir la posición de un punto, usando efectivamente una triangulación satelital con varios satélites y entonces, dan la posición en un momento dado, con estos GPS muy precisos pues si efectivamente pueden registrar que hubo un cambio de la posición relativa de estos tamaños”.
El investigador mexicano comentó que este tipo de terremotos como el que vivió Japón, no es más que una “liberación de energía tremenda”, que en el vocabulario científico lo conocen como “monstruos”, e hizo alusión al terremoto de 9 grados sufrido en Japón, señalando que este tipo de temblores no se les cataloga como grado Richter, sino que solo se menciona el grado de acuerdo a la escala logarítmica y apuntó que la diferencia entre un grado y otro, lo diferencia la liberación de energía que puede ser de 30 veces más entre uno y otro.
El Doctor Iglesias, comentó que el terremoto que vivió Japón el pasado 11 de Marzo, no tiene nada en común y que solo es una coincidencia.
Finalmente, el jefe del departamento sismológico de la UNAM, recordó que el primer terremoto en México se presentó en costas de Jalisco en 1932, con 8.4 grados en la escala Richter; mientras que el peor de las historia mundial, ha sido el de Chile de 1960, con 9.5 grados.
