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El robo de identidad en los últimos años ha ido en incremento, se trata de defraudadores profesionales perfectamente organizados quienes se aprovechan de los descuidos de la sociedad para usurpar nombres, domicilios e incluso cuentas bancarias para hacerse de recursos.
Arturo Heriberto Ibarra, un campesino lo vivió en carne propia, pues alguien adquirió una camioneta a su nombre sin estar enterado. El hecho quedó al descubierto cuando el banco intentó exigirle el pago del auto motor.
“…Lo que pasa es que tuve un problema ahí de banco que al checar el buró de crédito me aparecía una camioneta que yo supuestamente compre yo nunca he obtenido ese crédito de camioneta aunque aparecía mi credencial de elector con mis datos la fotografía no correspondía estaba sobre puesta…» indicó el señor Arturo Heriberto Ibarra.
Ante la posibilidad de enfrentar una acción legal buscó asesoría y llegó a las instalaciones de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de los Servicios Financieros (CONDUSEF), que realizó una investigación y pudo descubrir que esta persona fue víctima de robo de identidad aunque no saben en qué momento y en dónde proporcionó su credencial de elector.
“…No con el sueldo que tenemos a penas me alcanza para comer y no podría ahora con el sueldo que tenemos a apagar eso…”, dijo el afectado.
Por su parte el delegado de la CONDUSEF en Morelos, Armando Sanders, explicó que hay varias formas de que se roben la identidad de una persona una de ellas y la que actualmente está en boga es a través de la red, como puede ser mediante el correo electrónico donde las mafias buscan obtener datos de sus víctimas incluidas números de tarjetas bancarias y sus respectivos números de acceso. Por eso el funcionario hizo un llamado a la sociedad a tener mucho cuidado de abrir correos desconocidos y contestarlos.
Pues a veces se detectan hasta que llegan cargos extraños o que no hizo el derechohabiente. Así que exhortó a tener precauciones y desconfiar a quien entrega sus datos personales, documentos oficiales, de los correos que llegan a la red y de no perder de vista su tarjeta a la hora de pagar en algún establecimiento comercial.
