Condenado a morir más por la criminal indolencia, burocratismo e irresponsabilidad de algunos médicos y funcionarios del Seguro Social y del Hospital general, parece estar el jovencito Alberto Rojas Flores, quien padece desde hace años insuficiencia renal crónica, por lo que necesita para sobrevivir tres hemodiálisis por semana y pese a ello con ha sido dado de baja del Seguro Social y se le niega la atención en el Hospital General de Cuernavaca.
La historia de sufrimiento y dolor de este jovencito, que se encuentra sólo con su enfermedad, pues no tiene familiares que lo ayuden o vean por él, fue conocida por algunos funcionarios y empresarios de la capital del estado, apenas el pasado mes de septiembre, cuando llevado por una vecina llegó a una dependencia de Asistencia Social, a pedir ayuda, pues Alberto se moriría si no era dializado y no tenían dinero para pagar esta atención.
En la citada dependencia ya sabían del caso y ya con anterioridad lo habían canalizado a un hospital, pero ya no podían hacer más por él, según trascendió en ese momento, lo más que hicieron algunos empleados de esa dependencia fue cooperar entre todos para juntar más de dos mil pesos para la diálisis de ese día, pues se reconocía que “ya ni en el Hospital General lo quieren atender”.
Sin embargo gente de esa institución ante las trabas administrativas para poder ayudar en este caso con recursos, pusieron a Alberto con algunos empresarios, tanto de medios de comunicación como de cámaras y organizaciones de comerciantes, quienes le aportaron algo y por el momento resolvió su urgente problema, pero si se tome en cuenta que se requieren de tres hemodiálisis por semana, que cuestan más de dos mil pesos cada una, más medicamentos, la situación de Alberto era por demás desesperada.
Ante tal situación hubo un empresario que conciente de la necesidad y de la premura que el caso ameritaba, no dudo en dar empleo a Alberto para asegurarlo y que con esto dejará de estar en la zozobra para poder sobrevivir, lo que vino a solucionar la difícil situación del enfermo, hasta los primeros días de febrero en que la auditora del IMSS, Laura Guadalupe Ortega Martínez se presento en la empresa en la que laboraba Alberto y pese a que el empresario esta al corriente en el pago de sus cuotas obrero patronales, a que nunca ha tenido problema alguno con el IMSS, esta señora implacable y totalmente deshumanizada, amenazo al empresario con cobrarle una millonaria cantidad y la atención que se había dado a Alberto, pues consideraba que se estaba incurriendo en una ilegalidad y con fecha atrasada bajo intimidaciones y amenazas obligo al empresario a dar de baja a Alberto sin importarle que necesitaba con urgencia una operación para retirarle un catéter del brazo que se le había tapado e hinchado y ponía en peligro su vida.
El empresario más preocupado por la salud Alberto que por su situación ante el IMSS, busco entonces el apoyo de la regidora del Ayuntamiento de Cuernavaca, Manuela Sánchez que sin obstáculo alguno, gestiono su atención ante el Hospital General de Cuernavaca y así lograron salvarle la vida al jovencito, hace poco más una semana.
En el inter el empresario fue recomendado para acercarse al delegado del Seguro Social, Jorge Herrera del Rincón y algunos de los consejeros empresarios para plantearle su situación confiado en que su afán por ayudar a un desvalido sería entendida, pero desgraciadamente al acudir a un encuentro con organización no gubernamentales en el Club de Leones, en donde escucho al delegado hablar del amor al prójimo y de hacer proselitismo en favor de Josefina Vázquez Mota, este se mostro implacable al considerar que se trataba de una acción fraudulenta contra el IMSS que no podía avalar y del joven enfermo ni le acordó.
Pero este fin de semana Alberto tuvo una grave complicación el catéter que tenía en el cuello para que lo dializaran se la salió cuando dormía poniéndolo de nueva cuenta en riesgo de muerte y fue llevado, por familiares del empresario al Hospital General, donde por ser domingo la doctora Laura Lafragua de manera por demás insensible e inhumana tras cobrarle la ficha, en mas de cincuenta pesos pese a su precaria situación, simplemente le dijo que no lo podían atender, que por ser fin de semana no había servicio, que si quería que se esperara pero de todas formas no lo iban a atender ni siquiera el lunes porque el especialista llegaba el jueves, que mejor fuera a la clínica particular donde ya en otras ocasiones lo habían atendido.
Ante la emergencia, este lunes el empresario mando a Alberto a la clínica Fresenius Medical Care de México S.A. de C.V. donde finalmente ya lo atendieron y le salvaron la vida, pero oh sorpresa al frente de esta clínica se encuentra la doctora Laura Lafragua, por ello ahora se entiende su indolencia e insensibilidad en la labor que desempeña en el Hospital General y “la sugerencia” que hace a los enfermos para que mejor se atiendan en esta clínica particular.