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COLABORA LA UNAM EN PROGRAMAS DE CONSERVACIÓN Y RECUPERACIÓN DE LA TORTUGA MARINA

México es hábitat de siete de las ocho especies de tortuga marina existentes en el mundo y todas ellas, de acuerdo a la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010, están consideradas en peligro de extinción.

Para fortalecer las políticas públicas de conservación, el Banco de Información sobre Tortugas Marinas (BITMAR) del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la UNAM, colabora en la creación de normas oficiales gestionadas desde el gobierno federal para ese fin.

Ejemplo de ello, es la reciente Norma Oficial Mexicana NOM-162-SEMARNAT-2012, que establece las especificaciones para la protección, recuperación y manejo de esas poblaciones en su hábitat de anidación, así como en el Programa de Acción para la Conservación de las Especies de Tortugas Marinas de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP).

También participa en el desarrollo y puesta en práctica de programas de conservación de estos reptiles marinos y en la certificación de playas prioritarias para la conservación, informó la encargada del BITMAR, Raquel Briseño Dueñas.

Por su parte, la entidad universitaria impulsa la certificación de playas de anidación bajo la Norma NMX-AA-120-SCFI-2006, que establece los requisitos y especificaciones de sustentabilidad de calidad de estos sitios. La norma incluye medidas ambientales para la protección, en materia de calidad de agua, residuos sólidos, infraestructura costera, biodiversidad, seguridad y servicios, educación ambiental y contaminación por ruido.

Amenazas para la conservación

La pesca incidental y dirigida; la contaminación y desechos vertidos al mar; el saqueo de nidos y captura de hembras en playas de anidación, así como la alteración, pérdida y degradación de sus entornos, son las principales amenazas para su conservación.

Las líneas de investigación que desarrollamos en el ICMyL para la conservación biológica, están vinculadas con la ciencia básica y aplicada, e incluyen el manejo y preservación de las especies de tortugas marinas, su hábitat prioritario, biología de la reproducción, ecología y genética de poblaciones.

De igual importancia son la formación de recursos humanos, la capacitación y educación ambiental en el tema, agregó.

Tras más de 50 años de conservación, nuestro país lidera la recuperación de las tendencias poblacionales de la tortuga Golfina y la Negra, en el Pacífico; la Lora y la Caguama, en el Golfo de México y el Caribe. Sin embargo, las amenazas para las poblaciones de la Laúd y Carey en el Pacífico Oriental las mantienen en “una condición crítica”, explicó la bióloga marina.

Asimismo, a causa de la pesca incidental, desde 2012 se incrementó la mortalidad de la Caguama en su zona de alimentación, en el Golfo de Ulloa, Baja California Sur; ahí se sustentan por años tras un largo viaje transpacífico desde Japón. Ya de adultas migran de nuevo a sus playas de origen en el archipiélago oriental para reproducirse. La Secretaría del Medio Ambiente y recursos Naturales (SEMARNAT), por conducto de la CONANP, ha convocado recientemente a un grupo de expertos para atender esta problemática.

“La recuperación de estas especies es mandatada por un marco legal nacional e internacional, que contribuye tanto a la conservación de este patrimonio natural, como a la funcionalidad de los entornos marino-costeros de los que dependen”, agregó la investigadora.

Además, desde el BITMAR se focalizan tareas de preservación de estas especies que nacen en playas arenosas, se desarrollan y alimentan en los mares de las regiones tropicales y subtropicales del mundo.

Los expertos reconocen la existencia de siete especies de tortugas marinas, sin embargo, hay otra corriente que fundamenta la existencia de ocho. Este último criterio es el adoptado por la NOM-059, comentó Briseño Dueñas.

La diferencia se relaciona con los morfotipos Chelonia mydas (tortuga Verde o Blanca) y Chelonia agassizii (tortuga Negra). Las otras especies son la Carey (Eretmochelys imbricata); Lora (Lepidochelys Kempii); Golfina (Lepidochelys olivacea); Caguama (Caretta caretta); Laúd (Dermochelys coriacea) y Kikila (Natator depressa). Esta última es de distribución restringida al continente australiano.

La pertenencia a organismos de trabajo en el ámbito internacional como el Grupo Especialista en Tortugas Marinas de la Unión Mundial de la Conservación (MTSG/IUCN), y regional como La Iniciativa Carey del Pacifico Oriental (ICAPO) y El Plan de Acción para Recuperar a la tortuga Laúd del Pacífico Oriental, permite generar y compartir estrategias que trascienden las fronteras geopolíticas, concluyó.

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