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26 DE SEPTIEMBRE, DÍA MUNDIAL PARA LA PREVENCIÓN DEL EMBARAZO NO PLANIFICADO EN ADOLESCENTES

Con el objetivo de crear conciencia entre las y los adolescentes sobre las repercusiones en la salud y los retos a los que se enfrentan al convertirse en padres a temprana edad, así como para informar sobre las diferentes alternativas de planificación familiar existentes que les ayuden a tomar decisiones informadas en el ejercicio de su sexualidad, el 26 de septiembre de 2003 se instauró el Día de la Prevención del Embarazo No Planificado en Adolescentes (DPEA) en Uruguay, y en 2007 se impulsó la iniciativa a nivel global con la celebración del World Contraception Day (WCD).

El Día de la Prevención del Embarazo No Planificado en Adolescentes está registrado en calendarios oficiales de diferentes países latinoamericanos; en México, la iniciativa para la instauración de este día como fecha nacional se aprobó por la Cámara de Diputados el 8 de diciembre de 2011. Para dicha conmemoración, el Centro Latinoamericano Salud y Mujer (CELSAM), la Secretaría de Salud (SSA), la Oficina en México del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), y la Secretaría General del Consejo Nacional de Población (CONAPO), entre otros organismos públicos y privados, llevamos a cabo diversas actividades de información y promoción.

Es así que, como parte de las acciones por el Día de la Prevención del Embarazo No Planificado en Adolescentes, en la Secretaría General del CONAPO presentamos los datos más relevantes referentes a la salud sexual y reproductiva de las y los adolescentes mexicanos.

En 2013, la población adolescente (hombres y mujeres entre 15 y 19 años) representa el 9.4% de la población total de México, de los cuales, el 49.7% son mujeres y el 50.3% son hombres. La población femenina en edad reproductiva (15 a 49 años) asciende a 32.7 millones y las adolescentes tienen un peso relativo de 16.9%.

La salud de la población adolescente es un factor clave para el progreso social, económico y político de nuestro país, aunque con frecuencia sus necesidades no figuran entre las prioritarias o urgentes pues se trata de un segmento relativamente sano cuyos problemas de salud están asociados con la búsqueda de nuevas experiencias que a veces involucran conductas de riesgo, es por ello que sus problemas de salud están vinculados frecuentemente con accidentes o lesiones, uso de estupefacientes, Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) y el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH/SIDA), entre otros.

La salud reproductiva de las y los adolescentes se destaca hoy en día como un tema de atención prioritario ya que, a pesar de que a nivel nacional hubo un descenso de la fecundidad de 2.6 hijos por mujer en 2000 a 2.2 en 2013, que representa una disminución del 16.2%; en el grupo de las adolescentes, la fecundidad disminuyó solamente 7.6% en el mismo período. En consecuencia, los alumbramientos de madres adolescentes representan una proporción creciente si se considera que en el 2000 los nacimientos correspondientes a mujeres entre 15 y 19 años representaban el 15.7% y en 2013 esta proporción ascendió a 16.3%.

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (ENSANUT) refiere que 28.7% de las adolescentes manifestó haber iniciado su vida sexual y 71.4% no haber experimentado relación sexual alguna; para el siguiente grupo de edad (20 a 24 años), la encuesta registra que el 49.8% mujeres son sexualmente activas. La ENSANUT indica que la edad mediana en la que tuvieron su primera relación sexual fue a los 18 años.1
1La edad mediana a la primera relación sexual se estima para el grupo de mujeres entre 25 y 34 años de edad al momento de la encuesta.
Uso de métodos anticonceptivos en la primera relación sexual

De acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2009, sólo una de cada cinco mujeres (19.9%) en edad fértil (15 a 49 años) hizo uso de un método anticonceptivo en su primera relación sexual; por lo que toca a las adolescentes que ya habían experimentado su primera relación sexual, el 38.5% de ellas declaró haber utilizado algún método anticonceptivo. En comparación con otras generaciones, estas cifras representan un importante cambio pues, de las mujeres entre 45 y 49 años que tuvieron su primera relación en la adolescencia, sólo el 6.5% usó algún método de planificación familiar.

Aunque los datos registren importantes avances, hay todavía muchos retos en cuanto a salud sexual y reproductiva en los adolescentes y es necesario reforzar la cultura de la prevención y la planificación integral de vida donde los métodos anticonceptivos pueden ser un importante aliado, además de continuar con los esfuerzos para que los servicios de salud y los métodos de planificación familiar estén disponibles para todo público.

A pesar del elevado porcentaje de adolescentes que dicen conocer al menos un método anticonceptivo a nivel nacional (97%), si se analizan los datos por región es evidente que persisten diferencias en el conocimiento y uso de éstos; en Oaxaca y Chiapas, por ejemplo, el porcentaje de conocimiento de los métodos por las adolescentes es de 91.8% y 80.4%, respectivamente. Por lo que corresponde al uso de los métodos anticonceptivos, el Distrito Federal muestra el mayor uso de anticonceptivos (58.9%) entre las adolescentes que ya tuvieron su primera relación sexual, mientras que entidades como Guerrero (20.2%), Michoacán (16.8%) y Chiapas (12.7%) registran que menos de una de cada cinco se protegió.

Niveles de fecundidad

De acuerdo con las Proyecciones de la Población de México 2010-2050, la tasa de fecundidad adolescente en 2013 se estima en 66 nacimientos por cada mil adolescentes. Las entidades con las mayores tasas son: Coahuila (86.3), Chihuahua (84.9) y Sonora (83), mientras el Distrito Federal, Guanajuato y Querétaro presentan las menores tasas: 49.2, 56.9 y 57.3 nacimientos por cada mil adolescentes, respectivamente.

La ENADID 2009 reporta que el 40.6% de las adolescentes embarazadas al momento de la encuesta declararon no haberlo planeado o deseado. Por entidades federativas tenemos que los porcentajes más altos de adolescentes que no planearon o desearon su embarazo son: Sonora (77.1%), Colima (74.9%) y el Distrito Federal (64.8%); mientras que los menores porcentajes le corresponden a los estados de Zacatecas (22.8%), San Luis Potos (21.5%) y Jalisco (8.6%).

Prevalencia y Necesidad Insatisfecha de Métodos Anticonceptivos (NIA)

Entre las adolescentes con un primer hijo nacido vivo, el 30.1% declaró nunca haber usado un método anticonceptivo, el 23.7% lo empezó a usar antes de tener su primer hijo, el 15.3% adquirió el método durante el posparto y 30.9% después de este período.

De las adolescentes sexualmente activas, poco más de la mitad (54.9%) dijo hacer uso de algún método anticonceptivo; por entidad federativa tenemos que el mayor porcentaje de uso de métodos anticonceptivos se observa en los estados de Querétaro (76.5%), Chihuahua (72.5%) y Yucatán (72%), mientras que las entidades con menores porcentaje de uso son Oaxaca (41.4%), Jalisco (40%) y Chiapas (31.6%).
Los tres métodos de planificación familiar más usados a nivel nacional fueron los condones masculinos (39.1%), el Dispositivo Intrauterino DIU (23.2%) y las pastillas e inyecciones (10.4% cada uno). Sin embargo, las preferencia en el uso de estos métodos varía regionalmente pues en entidades como Puebla, Querétaro y Distrito Federal, por ejemplo, se usó principalmente el condón (61.0%, 59.3% y 56.7%, respectivamente), en Sinaloa las pastillas (32.0%) y el DIU (31.3%), y en Zacatecas el DIU (52.3%).

Las mujeres que desean espaciar o limitar el nacimiento de sus hijos pero que no hacen uso de métodos anticonceptivos (Necesidad Insatisfecha de Métodos Anticonceptivos NIA) asciende al 24.6% entre las adolescentes, cifra relativamente elevada en comparación con los demás grupos de mujeres en edad fértil. Los estados de la República con los mayores porcentajes de NIA son: Chiapas (44%), Puebla (37.7%) y Jalisco (32.4%), mientras los menores porcentajes los presentan San Luis Potosí (12.1%), Nayarit (11.7%) y Sonora (10.5%).

Atención materna

El 86.2% de las mujeres acudieron a revisiones prenatales en el primer trimestre del embarazo, en el caso de las adolescentes el 79.2% igualmente lo hizo; las mujeres en México acuden en promedio a 7.8 revisiones médicas, cifra similar a la que presentan las adolescentes quienes acuden a 7.2 revisiones. Al momento del parto, 93.3% de las madres adolescentes fueron atendidas por un médico, 4.5% por una partera, 1.8% por una enfermera o auxiliar de salud y 0.4% tuvieron a su hijo solas.

La atención durante el parto entre las adolescentes presenta significativas diferencias de acuerdo con la entidad federativa en la que radiquen, mientras que todas las adolescentes en del Distrito Federal (100%) y casi la totalidad de ellas en Nuevo León (98.6%) y Colima (98.7%) son atendidas por un médico, en Chiapas, Guerrero y Quintana Roo todavía hay un importante porcentaje de madres entre 15 y 19 años que son asistidas por parteras (32.7%, 13.9% y 12.8%, respectivamente).

Prospectiva

La atención a la salud sexual y reproductiva para la población adolescente es un área de atención relativamente nueva, tanto a nivel nacional como internacional, sin embargo, ha cobrado tal importancia que en la actualidad se reconoce el derecho a la información y a la atención con características especiales. En el caso particular de nuestro país, la Secretaría de Salud cuenta con lo que se denominan “Servicios Amigables” para adolescentes y jóvenes que tienen como objetivo proporcionar atención integral, específica y de calidad en materia de salud sexual y reproductiva para favorecer actitudes responsables en el ejercicio de su sexualidad.

En apego al artículo 4° Constitucional, y convencidos de que la información es la mejor forma de ayudar a los adolescentes a decidir libre y responsablemente sobre su sexualidad, en la Secretaría General del CONAPO impulsamos acciones de comunicación y orientación tales como el servicio telefónico sobre planificación familiar PLANIFICATEL, que operamos en coordinación con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el sitio web PLANIFICANET, así como la Campaña para la Prevención Integral del Embarazo Adolescente No Planificado e Infecciones de Transmisión Sexual que desde 2011 impulsamos y que tenemos contemplado continuar.

Para lograr disminuir el número de embarazos no planeados o deseados en las adolescentes y con ellos reducir los riesgos a la salud y aumentar sus oportunidades de desarrollo, es necesario que tanto mujeres como hombres sean agentes de su propia salud reproductiva y sus propios planes de vida, especialmente en sus relaciones de pareja; para ello nos corresponde a las instituciones con atribuciones en la materia y a la sociedad en su conjunto, continuar trabajando para poner en manos de los adolescentes, información oportuna y servicios de calidad que les permitan tomar las mejores decisiones.

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