A MUCHOS JORNALEROS LES PAGAN CON TARJETA DE DÉBITO Y COMO NO SABEN UTILIZARLA LES COBRAN 50 PESOS POR SACARLES SU DINERO

Hace unos días la policía del estado informó con “bombo y platillo” la detención de dos personas que supuestamente explotaban laboralmente a 11 menores de edad e incluso el juzgado oral declaró legal su detención, pero esto ha causado toda una polémica porque esto refleja el desconocimiento que tiene la autoridad sobre la necesidad que tienen muchas familias de ganar dinero dejando sus hogares en Puebla, Guerrero y Oaxaca para venir a cortar caña y cosechar otros cultivos en Morelos en donde incluso existen recomendaciones de Derechos Humanos hacia las autoridades para que se atienda a los hijos de los jornaleros en temas como la salud y escuela porque la mayoría no tiene acceso a estos servicios.
La supuesta explotación laboral se da en varias partes de Morelos incluido el propio centro de Cuernavaca donde decenas de menores de edad tienen que vender desde artesanías, chicles, sombreros, fruta para poder subsistir donde siempre son traídos todas las mañanas en camionetas de lujo a trabajar y en donde la autoridad parece no verlos.
Susana Díaz del Centro de Derechos Humanos Digna Ochoa quien ha realizado por varios meses trabajos de ayuda con jornaleros en la zona sur explicó parte de la realidad que se vive en los centros de cultivo.
Primero son familias completas que llegan en noviembre y se regresan a sus lugares de origen en mayo donde trabajan desde que salen los primeros rayos del sol hasta que se ocultan para cultivar y llenar cajas que les pagan cuando bien les va en 70 pesos pero algunos les depositan con tarjetas de débito y como no saben utilizarlas ciertos personajes aprovechan para cobrarles 50 pesos con tal de sacarles dinero del cajero.
Remarcó que efectivamente hay niños pero muchos de ellos llegaron recién nacidos y año con año llegan con sus padres quienes se dedican al campo y cuando ellos crecen tienen la misma historia e incluso varios se casan muy jóvenes desde los 14 o 15 años.
La mayoría de ellos vive en condiciones infrahumanas en galeras pero dejan sus lugares de origen porque allá no hay que sembrar ni que comer; algunos terminan de laborar en Morelos y dirigen sus esfuerzos físicos para ser contratados en el norte del país donde cortan uva o ciruela.
“Los niños y las niñas no tienen otra forma de vida el estado no se ha hecho cargo al cumplimiento de los niños la escuela prácticamente está negada y el circulo que se sigue es el mismo el papá la mamá jornaleros el niño o niña tiene este tipo de vida sin acceso a la educación y terminan siendo niñas y niños jornaleros y también terminan siendo explotados” dijo la activista.
Según los cálculos que tiene el Cetro de Derechos Humanos Digna Ochoa son cerca de 350 niños los que llegan año con año a la zona sur del estado donde sólo la mitad de ellos intenta ir a la escuela.