Zona Centro Noticias El poder de la información
Todavía no empiezan las elecciones y varios funcionarios ya no acuden a sus oficinas porque ya comienzan sus reuniones para alcanzar nuevos puestos de elección popular descuidando sus actuales labores.
Uno de de esos casos es el del sindico municipal de Cuernavaca, Fernando Martínez Cué, a quien la ciudadanía ha señalado que va dos o tres horas al día y se va de sus oficinas, hoy acudimos a corroborar la información y efectivamente se nos informó que el funcionario ya no se encontraba en sus oficinas localizadas en la parte baja del antiguo edifico del hotel Papagayo.
Hay que recordar que Fernando Martínez Cué ha participado en todas las elecciones pasando de un partido a otro desde el año 1996 cuando ganó la diputación local por el Partido Acción Nacional (PAN), años después con las mismas siglas del partido ganó en el 2000 la diputación federal pero en el 2002 un año antes de las próximas elecciones decidió renunciar al PAN (aunque era invitado) luego de que el partido le negó ser candidato a la alcaldía de Cuernavaca.
En ese entonces se declaró diputado federal independiente hasta el año 2004 cuando comenzó a preparar su camino político rumbo a la gubernatura de Morelos tras reunirse con partidos de izquierda como el PRD, PT y Convergencia logró convencerlos de que fuera su candidato perdiendo aquel dos de julio contra el panista Marco Antonio Adame Castillo.
Tras la derrota y que las izquierdas se dieron cuenta que fue un error su postulación a pesar de haber quedado en segundo lugar después decidió dejar las ideologías de izquierda y de derecha para que en el 2008 comenzó negociaciones para ser candidato por otro partido como el Revolucionario Institucional (PRI) por Cuernavaca Poniente donde estuvo 3 años como diputado y después logró colocarse con las mismas siglas como sindico procurador donde ya comenzó las negociaciones para las próximas elecciones descuidando sus funciones.
Y es que vivir del presupuesto público ha dado a muchos una a serie de recursos económicos considerables sin que aporten algo productivo para la sociedad.
