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Tal parece que el municipio de Jiutepec, pese a ser desde hace varios trienios gobernado por el PRD, está condenado a seguir padeciendo inseguridad, corrupción, impunidad y graves carencias de obras públicas, a consecuencia de que sus alcaldes han engañado y traicionado a su pueblo, preocupándose más encubrirse unos a otros y seguir enriqueciéndose a costillas del pueblo
Hoy la administración de la maestra Silvia Salazar Hernández tiene ya encendidos los “focos rojos” por las malas finanzas municipales, enfrenta el hartazgo social por la inseguridad, el desempleo, la desatención a contingencias como en el caso de las inundaciones, por lo que la desconfianza en su administración va en aumento, por la protección a sus antecesores.
Con todo y a que es identificada como gente de Andrés Manuel López Obrador, a quien obedece más que al gobernador Graco Ramírez Garrido, pese a ser este de su mismo partido y su “jefe inmediato”.
Sobre los contubernios, basta recordar el paso de Rabindranat Salazar Solorio por esa misma alcaldía, a quien en su momento se le acusó de haber desviado recursos a diestra y siniestra sin que nunca haya rendido cuentas ni aclarado nada, para colmo fue premiado con una diputación y se dio el lujo de heredar el cargo para tener quien le cubriera sus desvíos.
Fue así que impuso en la alcaldía a su incondicional cómplice Miguel Ángel Rabadán Calderón, bien conocido por sus descaros, sus excesos y constantes situaciones en botaneras y cantinas, pero sobre todo por encubrir las corruptelas de su antecesor.
Ahora es Silvia Salazar, quien cobra alrededor de 100 mil pesos mensuales como alcaldesa, pero que ni por ello ha logrado combatir eficazmente a la delincuencia que ya rebasa los limites de tolerancia de la población, la misma alcaldesa que se había comprometido con la transparencia y el combate a la impunidad, algo que hasta el momento, ha quedado a deber porque en realidad no ha hecho nada para cumplir esas promesas.
A la fecha, en las colonia del Jiutepec, se puede observar que son centenares de viviendas las que se encuentran en venta, cantidades de negocios y locales que se traspasan, por temor a ser puestos a “renta” por la delincuencia organizada.
En contraste habría que recordar que la maestra Silvia Salazar en sus recorridos de campaña presumía que en su gobierno, habría una mejor organización para que los recursos fueran bien aplicados, transparencia y el combate a la corrupción, criticó en muchas ocasiones el gobierno que le heredó su antecesor del PRD, acusando que era un caos financiero; afirmó y prometió que impulsaría el desarrollo y la modernización de servicios público, el respeto a los derechos humanos, la equidad de género, lo que a luz de sus hechos no son más que mentiras, falsas promesas, pues hasta el momento Silvia Salazar, se ha convertido en cómplice de los malos manejos financieros y los actos de corrupción que se cometieron por parte de sus antecesores, que como ella son del mismo partido el PRD.
