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En el marco del mes de la Salud de las y los Adolescentes, reconocido como el “Día Mundial para la Prevención del Embarazo No Planificado en Adolescentes”, la Secretaría de Salud ratificó el compromiso de crear conciencia entre los jóvenes sobre las repercusiones en la salud y los retos a los que se enfrentan al convertirse en padres a temprana edad, así como informar sobre las diferentes alternativas de planificación familiar existentes que les ayuden a tomar decisiones informadas en el ejercicio de su sexualidad.
El embarazo adolescente es una de las principales preocupaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en lo relativo a este grupo etario. De acuerdo al organismo internacional, cada año aproximadamente 16 millones de jóvenes de entre 15 y 19 años dan a luz, lo que supone el 11 por ciento de los nacidos en el mundo. Las más recientes cifras de este fenómeno divulgadas en el Informe “Maternidad en la niñez” del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), indican que nuestro país ocupa el primer lugar de embarazos adolescentes en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con una tasa de natalidad de 64.2 por cada 1000 nacimientos.
Según indica el informe de la ONU, ciertas condiciones hacen a las jóvenes más vulnerables a embarazarse: las niñas que viven en hogares de menores ingresos, con niveles educativos muy bajos y que habitan en zonas rurales. En México estas condiciones se producen muy frecuentemente, ya que 3 de cada 4 niños mexicanos tienen alguna carencia social y 21.4 de los 39.2 millones de niños que viven en el país se consideran pobres.
El riesgo de muerte por complicaciones en el embarazo es mucho mayor en las adolescentes que en las mujeres con mayor edad. Las adolescentes menores de 16 años tienen 4 veces más probabilidades de morir a causa del embarazo que las mujeres de entre 20 y 30 años.
Asimismo, el riesgo no sólo se expresa en la tasa de mortalidad de la joven, sino además en la tasa de mortalidad del neonato, cuyo riesgo de muerte es un 50 por ciento más que en mujeres de entre 20 y 30 años, explica el consultor en salud de adolescentes de la OMS, James E. Rosen.
En Morelos, la Secretaría de Salud, a través del Programa de Salud Sexual y Reproductiva para Adolescentes y el Programa de Atención a la Salud del Adolescente (PASA), adscritos a Servicios de Salud, trabajan de manera coordinada realizando actividades enfocadas en lograr el ejercicio pleno y responsable de la sexualidad de los y las adolescentes.
El compromiso del Programa es permanente y actualmente el estado cuenta con 13 Servicios Amigables con personal sensibilizado y capacitado para la atención de los adolescentes en un ambiente de confianza, confidencialidad y donde pueden ellos ser asesorados sobre su salud reproductiva.
Cabe señalar que dicho programa lleva a cabo talleres educativos con temas como: El embarazo en adolescentes, métodos de planificación familiar, derechos sexuales y reproductivos de los adolescentes, violencia en el noviazgo, prevención de infecciones de transmisión sexual (VIH/SIDA) y prevención de adicciones. Esto con el objetivo de promover la concientización de los adolescentes a poner en práctica sus derechos sexuales y reproductivos de una forma responsable y prevenir el embarazo no planificado y las infecciones de transmisión sexual.
En el evento de clausura del mes de la Salud de las y los Adolescentes, realizado en Yautepec, Vesta Richardson, secretaria de Salud, indicó que la campaña intensiva de la Semana Nacional de Salud de la Adolescencia está dirigida específicamente al grupo de adolescentes de 10 a 19 años; destacó que la selección del municipio de Yautepec, fue porque tiene uno de los índices más altos de embarazo adolescente en el estado, por lo que, el equipo del Programa de Atención para la Salud de la Infancia y la Adolescencia, seleccionó 2 escuelas para trabajar con los jóvenes brindando talleres de habilidades para la vida y educación en salud, teniendo como resultado más de 1,300 alumnos capacitados.
Por último, señaló que los jóvenes deben participar activamente en el autocuidado de su salud y sobre todo tomar la decisión de protegerse.
