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Desde el año 2000 en Morelos no se ha presentado ningún caso de cólera, sin embargo la Secretaría de Salud a través de Servicios de Salud (SSM) mantienen acciones preventivas a través del control epidemiológico, y reforzar la atención oportuna de los casos sospechosos.
Las principales líneas de acción del programa son la promoción de las medidas de higiene a través del lavado de manos y de alimentos, detección de casos de diarreas, verificación pozos de abastecimiento y toma de muestras de alimentos en expendios callejeros de comida y condiciones higiénicas en éstos y en mercados; condiciones de riesgo que se incrementan en la temporada de calor.
El cólera es una enfermedad que afecta a niños y adultos; el 75% de las personas infectadas no presenta síntomas, a pesar de que el bacilo está presente en las heces fecales durante 7 a 14 días después de la infección.
En el 80% de las personas que presentan síntomas, éstos son de leves a moderados; un 20% padece diarrea acuosa aguda con deshidratación grave. Si no se da tratamiento, ésta puede ocasionar la muerte.
Se calcula que a nivel mundial, cada año se producen entre 3 y 5 millones de casos de cólera, de los cuales hasta el 80% puede tratarse con sales de rehidratación oral; es un padecimiento infeccioso agudo, caracterizado por la aparición brusca de diarrea abundante que puede llevar a la deshidratación, choque hipovolémico y muerte en el curso de unas cuantas horas.
El Vibrio cholerae representa todavía una amenaza mundial y es un indicador fundamental del grado de desarrollo social. Si bien no supone una amenaza para los países que garantizan una mínima higiene, la enfermedad sigue siendo un reto para aquellos que no pueden asegurar el acceso a agua potable y un saneamiento adecuado.
Entre las recomendaciones de la SS están, consumir sólo agua potable, hervida durante un minuto o más, o agua que se ha desinfectado con cloro o yodo, evitar alimentos crudos sin desinfectar.
Además, no comer moluscos como pulpo y crustáceos, camarón y otros pescados y mariscos provenientes de aguas contaminadas. No comer helado o usar hielo, a menos que sea de agua purificada, no tomar antibióticos sin prescripción médica, entre otras medidas.
