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Recibe Filmoteca UNAM la colección Julio Téllez, importante acervo documental
sobre la primera mitad del siglo XX. 180 rollos de 35 mm de entre 1912 y 1950
conforman la colección del periodista Julio Téllez.
Por su prestigio ganado en el ámbito de la conservación, la Filmoteca de la UNAM
recibió en depósito la colección de material cinematográfico antiguo del
periodista Julio Téllez, probablemente el último acervo importante con esas
cualidades en manos de un particular en este país.
“Julio Téllez es conocido por ser el máximo difusor de la fiesta brava en la
televisión mexicana y un gran coleccionista de imágenes en movimiento, no
solamente de toros sino también de cine mexicano en general”, explicó Francisco
Gaytán, subdirector de Rescate y Restauración de la Filmoteca.
La colección está formada por más de 180 rollos de película de 35 mm que datan
de entre 1912 hasta 1950. Por la magnitud del acervo, Téllez decidió que las
películas, en soporte de nitrato de celulosa, permanecieran en la institución
más adecuada en este país para ser conservadas. Por ello, recurrió a la entidad
universitaria que este año cumple 50 años de continua y reconocida labor.
“La condición de este depósito es que tengamos las películas en resguardo y
hagamos de ellas una revisión técnica y una identificación lo más estricta
posible de su contenido. El siguiente paso es hacer una cuantificación monetaria
de su valor para buscar fondos que nos permitan comprársela”, comentó Gaytán.
Los retos son varios. En primer lugar, los rollos de película deberán
estabilizarse pues, por tratarse de nitrato de celulosa, algunos se están
descomponiendo. En segundo lugar, deberán ordenarse de tal forma que puedan ser
analizados y encontrar su verdadero contenido. Sin embargo, algunos de ellos
están en negativo y su observación resulta más difícil y costosa.
La catalogación no sólo exige conocimientos técnicos especializados para el buen
manejo de la colección, sino que representa una inversión de recursos financieros.
Documentos sociales
Para el restaurador, una vez identificados, clasificados y restaurados, los
elementos de la colección harán más amplio el espectro de las imágenes de
nuestro país. Escenas como la de Maximino Ávila Camacho en la boda de su hija
muestran de alguna forma cómo era la vida en México en esa época. Se convierten
en documentos, aunque no se hayan hecho con esa intención.
“Hay personajes de la vida política y pública mexicana, personalidades de la
sociedad civil que por sus actividades o parentesco se vuelven dignas de ser
conocidas. Hay testimonio de manifestaciones, actos del gobierno como la
expropiación petrolera, desfiles militares, visitas políticas a poblaciones,
escenas familiares de personajes importantes y retratos de toreros tanto
mexicanos como españoles”.
De acuerdo con Gaytán, lo mismo puede encontrarse una corrida de Gaona
alternando con un torero español, que imágenes de los gobernantes de nuestro
país de las décadas de 1920 a 1950, desastres y acontecimientos sociales.
“Parte de estos materiales fueron rodados por los hermanos Alva y por Vicente
Cortés, camarógrafo éste último del ejército mexicano, muy ligado a los
presidentes de la época y con inquietudes sociales que lo llevaron a describir
tópicos como los problemas viales de nuestra Ciudad de México”.
Se trata primordialmente de imágenes de tipo documental, aunque Francisco Gaytán
estima probable la existencia de materiales de ficción, que pueden ser de gran
valor por su rareza.
“Una cosa es lo que dice una lata y otra el contenido; en el transcurso de su
vida puede contener diversos materiales. Así que estamos conscientes de que
puede haber muchas sorpresas”, adelantó.
